miércoles, 20 de agosto de 2014

Mi secreto es mi condena

Una novela romántica  y misterio,  un asesino que anda suelto, un doloroso accidente de coche cambia la vida de julia. A final del verano llegara a Amazon y a otras platafoema digitales, la portada es de María Elena tijeras, que ha sabido plasmar  la sencillez con el misterio en la carretera del destino, que nos lleva a  caminando sin saber a donde vamos      

martes, 19 de agosto de 2014


Mi secreto es mi condena



UN NUEVO CAPITULO, "MI SECRETO ES MI CONDEN"



—Mírala, qué bella. Parece una princesa.

—No la mires con tanta insistencia, que se va a dar cuenta.

 Íker bajó la mirada al suelo disimulando, cuando llego ante ellos dijo Nerea:

—Os doy las gracias por esperarme. Ya podemos irnos al comedor.

Los tres fueron hasta el salón y se sentaron en una mesa junto a una columna que tenía un gran espejo ahumado. Íker se puso sentado de manera que podía ver el perfil de Nerea reflejado en el espejo, sin que ella se diera cuenta.

—Perdona, aún no nos hemos presentado —dijo Iker—. Yo me llamo Íker y mi madre Julia, llevamos aquí cuatro días.

—Yo me llamo Nerea y estoy aquí con mi madre. Ella está bastante mal. Venía todos los años con mi padre y mejoraba mucho. Pero mi padre murió hace tres meses. El viaje estaba programado y ella quería que lo anulara, pero y  preferí venir con ella así que le dije que no, que esto era bueno para ella. Mi padre era un cielo. La cuidaba tanto, la ayudaba tanto, la quería con locura, y este viaje aquí, al balneario, le servía a él también para descansar y tomar fuerzas para seguir luchando. Ahora me toca a mí. A ver qué tal se me da cuidar de mi madre.

—Lo harás muy bien. Ya verás —le dijeron los dos con una sonrisa.

La joven era muy agradecida, y hablaba educadamente. Muy refinada.

Julia veía a Íker muy interesado. Se dio cuenta que al muchacho le había dado un flechazo con la chica y que no era broma, ni exageraba. Ella no quería intervenir mucho, y dejando que su hijo llevase la conversación. Él le dijo a la chica:

—¿Y tú, Nerea, estudias, trabajas? ¿Qué haces?
—Desde que mi padre murió, solo cuido de mi madre. Ella consume todo mi tiempo, tengo de pensar cómo puedo hace para