—Papá, —llamó en muchacho nada
más entrar— ¿por qué no hacemos esta Nochevieja algo especial?
—¿Como qué? —preguntó Teodoro.
—Podemos pensar en regalos para
las chicas. Algo que sea sexy, y a la vez divertido.
—¿No estaréis pensando en algo
como…?
—No sé, papá. Eso puede ser muy
atrevido por nuestra parte. De todas maneras quiero que pasemos una Nochevieja
que tardemos en olvidar.
—Bueno, debemos preguntar antes a
Julia. Vaya a que Nerea y su madre se lo tomen a mal. También po-demos decorar
la casa. Para Laura será divertido —valoró Óscar.
—Podemos meter los regalos en
bolsas sorpresa —seguía elucubrando Íker—, que Laura las rompa y que lue-go los
reparta.
—Me parece buena idea. Y la cena
se la encargo a mi amigo el del catering, que siempre me ayuda a elegir una
buena comida. ¿Y tú, Teodoro? Sabes que estás in-vitado, ¿no?
—Gracias, Óscar.
—Y de los regalos, ¿quién se
encarga? —preguntó Óscar—. ¿Les vamos a comprar lencería, un salto de cama de
mamá Noel, con plumas y esas cosas?
—Me encargo yo, papá.
—Y los vamos a coger todos del
mismo color, ¿ro-jos? —indaga su padre.
Teodoro agregó con cierta burla:
—Óscar, parece que te da
vergüenza.
—¿Y qué te hace creer eso?, yo no
me he caído de un guindo. Bueno, voy a hablar con Julia, a ver qué le pa-rece,
y ya os comento.
Íker añadió:
—Como en Navidad con la boda no
hicimos una gran fiesta, esta la vamos a hacer bien bonita para que no se nos
olvide, esta Nochevieja va a ser especial.
Óscar fue a hablar con Julia.
—¿Sabes?, tu hijo quiere hacer en
Nochevieja una gran fiesta, y le he dado permiso para que compre regalos y
decore la casa. ¿Tú cómo lo ves? Si tú no quieres, le diré que no compre nada.
—Bien, Óscar. Yo también estaba
pensando hacer algo especial para esa noche, puesto que a Nerea la veo un poco
triste y pienso que tenemos que alegrarla.
—Nerea ya está casi recuperada.
Lo que no se recuperará con tanta facilidades de la humillación por ser una
cabezota. Íker quiere comprar lencería para gastaros una broma. ¿Tú qué piensa?
¿Crees que está bien, o a Gema le sentará mal?
—No creo. Gema tiene la necesidad de
desprenderse del pasado y pienso que le gusta de verdad