sábado, 14 de junio de 2014

Mi secreto es mi condena




Los dos corrían y reían yendo para la ducha. Parecían dos adolescentes y allí, con el agua caliente, se besaban, se enjabonaban y la espuma se deslizaba por sus cuerpos. Las manos resbalaban debido al jabón. Óscar besaba sus pechos, le sus muslos sus manos la resbalaban  en un suave masaje. Julia suspiraba, hacia tanto tiempo que su cuerpo estuvo dormido que no recordaba lo que Oscar le hacía sentir, cada vez de una manera distinta. Osca le hizo el amor bajo la ducha,  Julia creía morir entre sus brazo y


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